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Nemec (RepCheca) y Raul.
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La selección empata en Praga un partido espeso en el que debutaron Raúl, Ríos y Urzaiz
JOSE SAMANO, - Praga - 10/10/1996
De acuerdo con el prolijo diccionario de los tópicos que enmascaran el fútbol se diría que España perfiló en Praga un partido con mucho oficio. Ese recurso al que se enganchan los futboleros, los del banquillo y las tribunas, para redimir un encuentro ácido y espeso que se cierra con un resultado positivo ante un rival de entidad. Justo lo que se vio en la capital checa. Un duelo de fútbol tedioso que acabó bendecido para España, que atrapó un punto en las narices del subcampeón de Europa. Un punto meritorio, sin duda, que ratificó una vez más la extraordinaria capacidad de Javier Clemente y su grupo para masticar las fases de clasificación. Porque en las distancias largas la selección se siente cómoda, sabe cicatrizar sus lagunas. y es capaz de negociar un buen resultado en cualquier campo, como hizo en el estadio Sparta. Acaso su problema esté en las distancias cortas, donde se ha acostumbrado a jugar como nunca y perder como siempre (Italia, en el Mundial del 94; e Inglaterra, en la Eurocopa del 96).
Ayer más bien jugó como siempre y no perdió, como casi nunca en las clasificaciones. Clemente delineó el mismo dibujo que escoció a los ingleses en Weinbley hace cuatro meses. Tiró de nuevo de los tres centrales, los laterales largos, los pivotes de amarre y tres puñales ofensivos más livianos de lo habitual (Raúl, Julen Guerrero y Alfonso). Una calcamonía de la estrategia checa, intacta desde su éxito en suelo inglés. A los checos no les importan nada sus flamantes galones: aún, en su propio terreno juegan de puntillas, bien tapaditos. Esperan y esperan, jamás toman la iniciativa.
Sin centro del campo
Y cuando España tiene que llevar el mando tuerce el gesto. Sobre todo por la inclinación de Javier Clemente a esquivar el centro del campo. Con Hierro y Amor limitados a fregar todo lo que pasara a su lado, la selección española metió la directa. Renunció a la elaboración desde el corazón del campo y se supeditó al balonazo largo; ahora de Nadal, luego de Alkorta y en último caso de Abelardo. Un ejercicio fatuo ante una defensa con tres centrales y dos laterales como la checa, repleta de tipos grandones que agradecen todo lo que llegue por el techo y de forma frontal. Entonces, sus caderas -resisten.De esa forma, Raúl, Alfonso y Julen Guerrero sufrieron en exceso. Los tres quedaron atrapados en un paisaje demasiado hostil, sometidos a la tortura a la que fueron obligados por sus cumplidores defensas. Ese estilo de juego propició, además, que el equipo de Javier Clemente apenas disfrutara de la pelota. En fútbol cabe la pausa y también la aceleración, por supuesto. Pero el juego español. sólo fue vertiginoso. Precipitado.
Los checos exhibieron un nivel individual muy inferior al que les elevó a la final de la Eurocopa. Ni rastro de Poborsky y Berger, sus lanzas de e ntonces. La disciplina de Bejbl para tirar de escoba en el medio campo y poco más. Quizá por ello no tuvieron muchas prisas y la noche derivó en un partido feísta, corto de detalles para la retina y escaso de situaciones de gol. Apenas un gran disparo de Hierro en una falta directa que desvió Srnick con las uñas y una acción individual de Alfonso que Julen no acertó a culminar. Todo en el primer tiempo. Fue en los últimos instantes de este periodo cuando España, hizo el poco fútbol seductor que alcanzó a desplegar en toda la noche, y que coincidió, claro, con los mejores momentos de Alfonso, Julen y Raúl.,
En el segundo tramo, Clemente cambió de planes. Apretaron ligeramente los checos y, en vista del tímido asedio, el preparador español se decidió a buscar la pelota. Y nadie como Guardiola para despejar los caminos, sosegar el juego y darle a éste el equilibrio necesario. Pero no resultó: se había ido Julen Guerrero y poco después le siguió Alfonso. Amor, que apenas ha jugado desde que comenzó la temporada, adelantó su posición a la media punta, pero su falta de oxígeno le mandó a la ducha. Desarticulado el tridente, Guardiola se quedó ciego.
La mejor lección posible
Ya para entonces España sólo administraba el resultado, apenas amenazado durante toda la noche, y todo el poder de seducción quedó a pies de Raúl, Ríos y Urzaiz, una legión de novatos que ayer se llevó la mejor lección que hoy por hoy les puede enseñar su ascenso a la pasarela internacional de la mano de Clemente: cómo se negocia un resultado en un escenario arisco. Aquello del oficio, que no es poco. Ni mucho.
Clemente: "Hemos demostrado ser un gran equipo"
El técnico se muestra encantado con Raúl y destaca la paliza que se dieron los suyos
JOSÉ SÁMANO, - Praga - 10/10/1996
Como si fuera una fiesta de cumpleaños. Así estaba el vestuario español al término del partido. Los tres debutantes, Raúl, Ríos y Urzaiz, apagando las velas mientras soplaban por el resultado conseguido. Todos destacaron el marcador por encima del juego. Sólo Javier Clemente fue más allá: "Hemos demostrado que somos un gran equipo". ¿El resultado? "Bueno y justo", sentenció el seleccionador español, que lamentó no haber certificado una victoria. Un triunfo que, en su opinión, no llegó "por falta de juego por las bandas". "Los checos no nos han dejado entrar por los carriles", agregó Clemente.El entrenador se mostró exultante con el rendimiento de sus jugadores. Como es habitual, se deshizo en elogios: "Se han dado tina paliza fenomenal". En este apartado hizo un alusión directa al trabajo extenuante de Guillermo Amor, quizá uno de los más flojos del equipo por su falta de ritmo, producto de su suplencia en el Barcelona.
Si Amor fue elogiado, los debutantes recibieron todo tipo de adjetivos. Sobre Raúl, Clemente indicó: "Le he visto en su línea, con chispa e inspiración, pero le han hecho muchas faltas". De inmediato agregó que lo que más le había gustado del joven madridista fue "su serenidad y tranquilidad desde el principio". "Estoy encantado con Raúl". Así zanjó Clemente su disertación sobre el madridista. Ríos Urzaiz participaron menos, sólo en el último tramo, "pero estuvieron colosales", según el preparador.
Raúl, por su parte, se congratuló por haber disputado los noventa minutos, "todo un éxito para ser mi primer partido". Dijo que se había encontrado "muy bien" y no ocultó que en algunos momentos del segundo tiempo España lo pasó mal". ¿Lo mejor del viaje iniciático a Praga? "El resultado".
"Tengo una alegría inmensa, debutar ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado en esta vida", manifestó Roberto Ríos, que indicó haberse sentido "muy arropado por los compañeros". El bético valoró con entusiasmo el marcador final: "El resultado es bueno. Salimos a por la victoria, pero no ha podido ser. Que nadie olvide que el rival es subcampeón de Europa. Es un empate que sabe a Victoria". Urzaiz fue menos locuaz: "No me ha dado tiempo a hacer muchas cosas, pero creo que he cumplido las instrucciones que me dio el entrenador".
Los nervios del entrenador
En el avión que debía llevar de regreso a Madrid a la expedición española, y poco antes de despegar, Javier Clemente protagonizó un nuevo incidente. Sobre un anuncio de la Cadena Ser en un diario deportivo, cuyo texto aludía a la transmisión radiofónica del partido ("Clemente ¡escucha! Fabio Capello y Jorge Valdano se juntan para comentar en directo el partido"), el seleccionador escribió: "Polanco domestica a tus muchachos que son unos mafiosos". Y luego tachó esta última palabra. Acto seguido, y tras dejar la página en la parte de atrás del avión, Clemente le dijo a una azafata: "Esto que no lo quite nadie".
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